Para establecer una estrategia adecuada es conveniente pensar una política de protección en los distintos niveles que esta debe abarcar y que no son ni mas ni menos que los estudiados hasta aquí: Física, Lógica, Humana y la interacción que existe entre estos factores.
En cada caso considerado, el plan de seguridad debe incluir una estrategia Proactiva y otra Reactiva (1).
La Estrategia Proactiva (proteger y proceder) o de previsión de ataques es un conjunto de pasos que ayuda a reducir al mínimo la cantidad de puntos vulnerables existentes en las directivas de seguridad y a desarrollar planes de contingencia. La determinación del daño que un ataque va a provocar en un sistema y las debilidades y puntos vulnerables explotados durante este ataque ayudará a desarrollar esta estrategia.
La Estrategia Reactiva (perseguir y procesar) o estrategia posterior al ataque ayuda al personal de seguridad a evaluar el daño que ha causado el ataque, a repararlo o a implementar el plan de contingencia desarrollado en la estrategia Proactiva, a documentar y aprender de la experiencia, y a conseguir que las funciones comerciales se normalicen lo antes posible.
Con respecto a la postura que puede adoptarse ante los recursos compartidos:
Estas posturas constituyen la base de todas las demás políticas de seguridad y regulan los procedimientos puestos en marcha para implementarlas. Se dirigen a describir qué acciones se toleran y cuáles no.
Actualmente, y "gracias" a las, cada día más repetitivas y eficaces, acciones que atentan contra los sistemas informáticos los expertos se inclinan por recomendar la primera política mencionada.
(1) BENSON, Christopher. Estrategias de Seguridad. Inobis Consulting Pty Ltd. Microsoft © Solutions. http://www.microsoft.com/latam/technet/articulos/200011